Obispo Oscar Blanco hizo compromiso con los
niños y niñas de cuidarlos y ofrecerles ambientes seguros.
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En una Fiesta de la Comunión se transformó la
Clausura del Congreso Eucarístico celebrada este domingo en el Gimnasio del
Colegio Obispo Silva Lezaeta y que reunió a más de un millar de fieles para
este acontecimiento que fue agradecido por el Obispo de la Diócesis de San Juan Bautista de
Calama, Óscar Blanco Martínez.
La celebración convocada por la coordinación
del Congreso Eucarístico en conjunto con el Departamento de Catequesis quiso
resaltar de manera significativa este acontecimiento convocado por el Papa
Francisco luego de su visita a Chile y que durante el presente año puso a Cristo
Sacramentado en todo el quehacer pastoral, para renovar en Él, el compromiso de seguirle como discípulos
misioneros.
El Obispo Óscar Blanco junto con corresponder
el trabajo de quienes prepararon la celebración, agradeció a los niños y niñas,
sus padres y catequistas por haber aceptado la invitación de la Iglesia de
Calama, para en conjunto compartir este acontecimiento que significó poner a
Cristo en el centro de nuestras vidas, un tiempo de bendición.
Ambientes Seguros
Al mismo tiempo, el Pastor manifestó el
compromiso de cuidarlos, ofrecerles
ambientes seguros, porque -apuntó- ustedes son el futuro de nuestra Iglesia.
“Gracias queridos niños, gracias también por darnos este testimonio de amor a
la Eucaristía”.
El momento más significativo de la celebración
se produjo cuando los niños y niñas pertenecientes a los distintos sectores
parroquiales de la Iglesia loina, se acercaron junto a sus catequistas para
recibir por primera vez a Cristo en la Comunión Eucarística.
"Cristo es nuestra alegría, comulgar a
Cristo, es recuperar la alegría de contar con Él en nuestro corazón (...) la Eucaristía
nos hace una Iglesia Solidaria, porque eso es los que Jesús nos enseña, es
quien se parte y reparte para todos, especialmente para los más
desamparados" señaló.
Finalmente el Obispo, expresó que Jesús al
comulgarlo, al sentarnos a su mesa con Él , nos envía a ser una Iglesia llena
de alegría, una Iglesia que permanece unida a pesar de las dificultades, que es
solidaria especialmente con los más necesitados.