En la plaza principal del poblado andino de Ayquina se celebró este
miércoles 8 de septiembre la eucaristía en honor a la Virgen Guadalupe,
presidida por el obispo de la Diócesis San Juan Bautista, Óscar Blanco Martínez
y concelebrada por el rector del santuario, Pbro. David Vargas junto al Párroco
de San Pedro de Atacama, Néstor Veneros.
La fiesta que por segundo año consecutivo debió suspenderse para la
recepción de fieles y peregrinos debido a la pandemia, determinó una
coordinación entre la comunidad originaria del lugar Ayquina -Turi - Panire y
la Iglesia para que de todas formas se mantuviera la tradición de festejar el
cumpleaños de la “Chinita”, pero sin la presencia de personas, ni de los Bailes
Religiosos que de todas formas le danzaron en Calama.
Una programación que destacó el
presidente de la comunidad de Ayquina, Mario Berna para celebrar esta fiesta,
aunque lamentando que los peregrinos no hayan podido asistir. Por esta razón se
permitió que la imagen de la Virgen se trasladara hasta Calama el pasado 21 de
agosto lo que fue ampliamente valorado.
Homilía
En el mensaje del obispo de Calama destacó que entre las celebraciones
en el Santuario se incluyera en primer
lugar a abuelos y abuelas, “hombres y mujeres que pasaron y bailaron antes que
nosotros en esta quebrada, hoy en su avanzada edad contemplan y traspasan sus creencias
y costumbres a las nuevas generaciones”, dijo.
También fueron considerados representantes de pueblos originarios,
“gente de la tierra, hijos del sol y la pachamama. Aimaras, Quechua y
Atacameños”. Asimismo un lugar importante ocuparon en estos festejos los
pobres, los descartados por la sociedad de consumo, “los que hacen de la calle
su ruco y nos recuerdan que también son hijos de Dios y se confían, a su manera
a la Chinita, buscando en ella el refugio y auxilio ante el peligro”, apuntó.
Monseñor Blanco hizo especial oración para pedir a la madre su auxilio
por las familias, las que señaló viven atormentadas por los males de este
mundo. “No sólo del virus del COVID 19 sufren sus consecuencias, también del
virus de la violencia, del virus los abusos, de la corrupción y de las
ideologías, que no la reconocen como la mayor riqueza de la sociedad”.
Agregó que “María es la cuna donde se gesta, nace y se desarrolla la
vida de los ciudadanos y la escuela, donde se aprende hacer el bien y a evitar
el mal que no nos deja ser felicites”.
Flores como obsequio
Un momento muy significativo se incluyó en la celebración de la Misa,
ocasión en que el pastor ofreció un ramo de flores a la virgen como motivo de
su cumpleaños, “Este ramo de flores simboliza nuestro cariño, nuestra fe a tu
hijo Jesucristo, nuestro trabajo, servicio y pastoral”.
Reiteró su pedido para que la Madre Guadalupe de Ayquina cuide a las familias, “lo más preciado que tenemos y tú lo sabes, porque eres madre, esposa e hija”, finalizó.